sábado, 25 de julio de 2009

tirón de orejas.


En la vida hay que encontrar la manera de vivir, de ser libre, de sonreirle a las adversidades y respirar el aire puro como si no hubiese mañana.
Hay que escuchar lo que el interior dice, no hacer oídos sordos mientras tu mundo se derrumba, no perder la capacidad de ver lo que pasa delante de nosotros por sí algún día quieres descubrir los colores que hay en tu vida: los matices, la oscuridad o la luz que se encuentra depositada en ti.
Creer que eres capaz de todo, que cuando te propones algo lo puedes lograr.
De ser capaz de hacer lo que sientes, y si te equivocaste no importa, porque pudiste hacer lo que te nació, lo que eres de verdad y no lo que creíste ser.
Todavía queda mucho tiempo para cambiar el desastre que hay en nuestras vidas, de encontrar un guía hacia la senda correcta y así nadar en los mares de la vida, flotar en la autonomía y sumergirse en la alegría.

miércoles, 22 de julio de 2009

.words.

Si tuviera que pedir un deseo pediría convertirme en palabras para así llegar a todos lados sin pasaporte ni gasolina.Words

sábado, 11 de julio de 2009

des-control.


El lunes volví. Resucitó la mente obsesiva, la fijación en el cuerpo y el exquisito sabor a normalidad que tanto me gustaba. Poco a poco las ganas de intercambiar dolor no eran saciadas, eran reprimidas o cambiada por dormir lo más posible con tal de olvidar todo lo pasado. Volví a manipular los momentos, mi horario y aumenté las horas de alcohol. El dinero nunca fue dedicado a un bocado en soledad, sin embargo, en comunidad el dinero era el bocado compartido con sonrisa nueva pero con los segundos contados por el cronómetro de la vida. Las plegarías nunca fueron recibidas, siempre se desviaban en un camino a quién sabe dónde fueron a parar. Reí, lloré, salté. Fui feliz, infeliz. Me sentí sucia, limpia, vacía, plena, simple y a la vez extravagante.
El alcohol con las Dominium no eran una buena combinación. La psicóloga me lo dijo, el psiquiatra me lo recalca y mi cabeza lo niega.
Aparecen caminos nuevos que seguir, senderos de espinas, otros de rosas, y otros de signos de preguntas con puertas por adivinar. Ninguna entrada parece ser mejor que la otra. Las apariencias engañan pero tu mirada no me miente, ni tus manos al tocar las mias. Creo en ti y en lo que me dices, aunque después el dolor se parta en dos y se duplique a cada segundo.