sábado, 30 de mayo de 2009


el clima se convirtió en el dueño de mi estado anímico, en el controlador de mis altos y bajos.
el frío se apodera de mi cuerpo, dirige mis movimientos y gobierna en mis pensamientos, adormeciéndolos, perdiéndose en el camino del sueño de donde siempre cuesta salir; apaciguándolos y acelerándolos a la vez.
un frío sin azúcar estremece a mi cuerpo y crea sonidos extraterrestres que superan cualquier felicidad. felicidades con escala de medición, con centrímetros de alegría y kilos de armonía, con toques artificiales y luces solares.
ni el té más caliente purga en el frío y límpia mi alma, ni el café más cargado me quita el sueño que cargo en mis párpados y en mis pasos.
el sol no debe salir, solo se debe asomar y ojalá no resplandecer aunque mi cuerpo lo llame a tiritones, aunque el hervidor haya perdido la electricidad, aunque no produzca ni un diminuto movimiento, aunque mis labios se caigan a pedazos, o aunque mis huesos duelan más que los golpes en mi corazón. No aparecerá porque odio el sol y amo el frío de su ausencia.


1 comentario:

Yeko Aguilera dijo...

Loca vo soi terrible pulenta y este blog también está de vío...
Escribe escribe y escribe!