jueves, 21 de mayo de 2009

A veces...

A veces quisiera que la carretera cambiara el sentido de su monotonía, que su recorrido se vuelve un tanto desconocido para los transitantes y que nadie se oponga al paredero del viaje, que siga caminos extraños y con paisajes deformes para crear una conciencia inerte con cada kilómetro recorrido.
Desecharía la costumbre de mi memoria, el nivel que tengo de memoria fotográfica y así poder sorprenderme con los arboles y curvas de mi destino viajero. Olvidar el color del cielo, que el mundo es una esfera, que todo abarca a un círculo vicioso y los rostros de una semana de estudios.
Anhelaría no saber donde estoy parada para descubrir los nuevos parámetros en los que me encuentro, no conocer límites para poder abusar de ellos y no ser la conciencia con dos brazos y piernas, para vivir en un mundo liberal en donde no haya una razón de por medio que riga mis pensamientos, mis actos y mis impulsos controlados.

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